Una palabreja que parece muy compleja, pero que a la vez habla de un termino de muchísimos años de antigüedad. Prácticamente desde los inicios del comercio el “engagement” ha estado presente en todas y cada una de las relaciones cliente-proveedor, y es que el compromiso que el cliente adquiere con mi marca/producto/servicio es vital para conseguir una fidelidad y una motivación a la compra sin necesidad de ofrecerle un descuento o un servicio extra ya que por si solo nuestro cliente va a elegirnos con respecto a nuestra competencia.
¿Cómo conseguimos en el siglo XXI este “engagement”?
Pues muy sencillo. Seguir por la senda de lo que hacían nuestros mayores en el comercio tradicional, pero trasladándolo a las redes sociales, a la forma que nos comunicamos con nuestros clientes, preocupándonos por el grado de satisfacción tras un proceso de compra en internet, controlando cual es nuestra reputación en internet, etc. Todos estos pormenores que siempre se han cuidado en el comercio tradicional o en cualquier empresa pequeña de servicios conseguir mediante una adaptación digital de nuestras comunicaciones mantener esa esencia de cercanía con el cliente local(físico) y trasladarla al cliente digital.
Es muy sencillo seguir unas pautas para la comunicación en internet y para mejorar mi reputación en redes sociales, aunque es igual de sencillo fallar en la imagen que mi empresa esta reflejando en internet y son muchos los que piensan que están haciendo las cosas bien por el simple hecho de tener una Pagina de FACEBOOK o por subir 2 fotos a la semana sin sentido alguno. ERRORR!! Facebook es una ventana como puede ser la Televisión para nuestros negocios y debemos estar bien asesorados para no aparecer “despeinados y con la ropa sucia “ en un medio de comunicación tan potente como una red social.
¿Alguna vez te has planteado salir despeinado, con mala cara o semi-desnudo en la Televisión? Pues eso es lo que hacen multitud de empresas pequeñas y grandes cada día en sus redes sociales, empresas que no cuidan el contenido, empresas que no cuidan su imagen, empresas que no cuidan su lenguaje a la hora de comunicarse con su cliente. ¿Poco interés? ¿Pocos conocimientos? ¿Mal asesorados? Son muchos los casos pero pocos los que aplican soluciones.
Pascual Cervera Gómez
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