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Sant Blai Gloriós, deixa el xiquet i emporta’t la tos

Nou Torrentí, se entrevista con Lolita Pérez, una de las mujeres que forma parte de la Cofradía de Sant Blai. Ella nos cuenta cómo se preparan para Sant Blai, y algunas anéccotas que recuerda con cariño.

La junta de la Cofradía de San Blas la forman oficialmente 6 mujeres entre las que se encuentra Lolita Pérez Navarro, la única persona que lleva en la junta de la Cofradía desde su fundación oficial hace 46 años. Lolita nos explica cómo empieza la actividad para ellas “el domingo siguiente a la fiesta de Todos los Santos realizamos con el párroco el sorteo de los clavarios para el año siguiente, después de ello se comunica por carta a las familias de los nuevos clavarios la noticia y se les convoca para una reunión. En dicha reunión es partícipe el párroco que con la junta de la Cofradía explicamos a padres e hijos el funcionamiento del año de la clavaría y el sentido de la misma“.

Tras las fiestas de Navidad, a menos de un mes para el día de San Blas, se vuelve a convocar a los padres y madres de los clavarios “para hacerles entrega de los programas de la fiesta y concretar detalles para los diferentes actos que se van a realizar.”

Una parte importante de la tradición es el aceite para la garganta, este aceite que podemos encontrar en la caseta que ponen las mujeres de la junta de la Cofradía, se encargan ellas mismas de rellenarlo. Lolita nos cuenta que ella se encarga de buscar a diferentes personas que suelen ayudar a rellenar estos pequeños envases con aceite que luego será bendecido “solemos ser entre 15 o 20 mujeres las que en una tarde llenamos las botellas de aceite” afirma Lolita. Además, Lolita nos cuenta la ayuda que reciben de otras organizaciones de la localidad “la caseta que se instala a las puertas de la parroquia de San Luís Bertrán en la que estará el aceite ya bendecido el día de la fiesta y los demás productos se encargan de montarla algunos miembros de la Hermandad del Santo Sepulcro”

4 o 5 días antes del día 3 de febrero, las mujeres colaboradoras que anteriormente Lolita comentaba, se vuelven a juntar para hacer los tradicionales Sant Blaiets, un dulce elaborado con harina, aguardiente, aceite y azúcar. “Durante la mañana se juntan los ingredientes y se hace la masa que a continuación nosotras le damos la forma que tendrá el dulce. Cuando tiene la forma, se impregna con un cuño la forma del Santo en la parte frontal del Sant Blaiet y finalmente, por la tarde envasamos en las bolsas todos los dulces.”

El día 2 de febrero, Lolita y la presidenta de la Cofradía, Mª Carmen Alejos, llevan  una muestra de los productos típicos del día de San Blas a las diferentes entidades colaboradoras, a la Policía Local y a la alcaldesa de la ciudad “solemos llevar Sant Blaiets, gaiatos y programas de actos de la fiesta“ afirma Lolita.

El día de San Blas, para Lolita es un día agotador ya que a las 8 de la mañana comienza la jornada para algunas mujeres de la junta que se pasan el día vendiendo a los pies de “la Ermita” los típicos productos del día 3 de febrero “Sant Blaiets, diferentes tipos de gaiatos, estampas del santo y el aceite bendecido,  el cual se vende a la voluntad del público. Tan solo paramos un momento a la hora de comer y hasta que se acaba todo lo que tenemos estamos allí, unos años se hacen las 10 de la noche y otras las 11” comenta Lolita.

Para acabar, Lolita recuerda anécdotas de otras épocas que para ella, en el fondo, tenían el mismo sentido que todo lo que se hace ahora aunque de manera diferente. “Antes los clavarios y sus familias hacían unas pequeñas cazuelas de arroz al horno que una vez bendecidas por el sacerdote se daban a los pobres. El tema del  aceite también era diferente y curioso, lo metíamos en unas botellas que nos proporcionaban las enfermeras, ya que eran envases que habían sido usados para la penicilina, nosotras las hervíamos y las rellenábamos de aceite”

Historia de la festividad de Sant Blai

Los primeros datos recogidos sobre esta celebración se encuentran en el Barroco, donde Torrent era una población que a penas superaba los 1.500 habitantes. La población de aquellos entonces era eminentemente rural y se dedicaba a la agricultura y a la ganadería como dos pilares básicos. Los libros de la iglesia de la Asunción recogen por esas fechas dicha festividad. En 1657 hay constancia de que se celebró la primera festividad en honor al santo. 

Y así, precisamente, y hasta nuestros días, el 3 de febrero en Torrent convierte a la ermita de Sant Lluís Betrán en epicentro de culto para los que vienen a venerar a Sant Blai y buscar su amparo en lo que respecta a los males de garganta. El dicho popular reza: “Sant Blai gloriós, cura’m la gola i lleva’m la tos”.

Gastronomía Festiva

 

Todos los 3 de febrero, los torrentinos se reúnen alrededor de una cazuela de barro con arroz, pelota dulce, salada, garbanzos, costillas de ternera, embutido, tocino y caldo d’olla. También son característicos, los gaiatos (dulce y salado) que vienen de la representación gráfica de San Blas, obispo de Sebaste (Armenia), y portador de un bastón que en Torrent toma la forma de pan con anisetes, con sabor de rosquilleta o bollo dulce. Por su parte, los SantBlaiets son confeccionados por las mujeres de la Cofradía de Sant Blai, quienes una semana antes de la festividad se reúnen en un horno de Torrent para confeccionar artesanalmente estos panecillos dulces que son bendecidos y empaquetados, junto a una estampa del santo y aceite bendecido para curar los males de garganta que, según la tradición, curaba Sant Blai.

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