“De sabios es rectificar”
Si en algo se caracteriza la política española, tan dada a la acusación descontextualizada, es a que nuestros representantes les encanta llenarse la boca con sus hiperbólicos “todos”, “nunca”, “jamás de los jamases” y un largo etcétera de adjetivos retóricos que quedan conformados como promesas inamovibles de cara a la opinión pública.
El problema ante la rotundidad de este tipo de frases es que lo dicho, queda. Y una semana, seis meses, un año, un lustro o una década después, lo afirmado con tamaña determinación puede tener que ser cambiado por los azares de eso llamado política.
Si tuviera que dar un solo consejo a una persona que se dedicase a esto de la política, le recomendaría ser más prudente y nunca cerrar una sola puerta, porque la vida pasa y lo que hoy parece imposible, tal vez mañana sea la única vía.
Parece sencillo, pero día a día se empeñan en que la lógica no case con la política. Un ejemplo, el PSOE, quienes después de su “no es no” convertido en un “bueno, sí, pero solo un ratito” ahora afirman que votarán en contra de los presupuestos. Lo cual en sí mismo, no es ni bueno ni malo, pero sí que genera un problema por hablar antes de hora.
Y es que si la situación se bloquea se supone que deberíamos ir a elecciones generales, algo impensable a día de hoy, viniendo de donde venimos. Así que no va a quedar otra opción que la de realizar pactos. Y ante esta realidad, que a nadie se le escapa (sí, imitemos el lenguaje político por esta vez), la única solución pasa por un entendimiento de morro torcido y sabor a hiel para todos. Pero es la vía por la que se ha de ir, no quedan más alternativas.
Los políticos no aprenden. Ni dejan caer a pesas muertas por los servicios prestados (flaco favor a la patria, y a buen entendedor…) ni son conscientes de que cada vez que dicen “nunca”, “siempre” o “tengo la firme convicción” no hacen sino dejar al descubierto sus propias carencias.
Y después, cuando toda rectificar, se pasan de frenada, con sus “fuimos engañados”, “consideramos que era lo correcto” y su “no es… bueno, será no, pero de momento es un poquito de sí”. Explicaciones fuera de lugar, excesivas, poco coherentes, pueriles y que no creen ni quieres las dan.
¿Tanto les costaría pensar más allá de lo inmediato, tener algo de capacidad de visión a uno o dos años vista? Sería demasiado el pedir políticos a la altura de las circunstancias. A día de hoy, seguimos en los “síes” y “noes” rotundos. En los puñetazos en el pecho, los golpes en la mesa y el índice marcando con furia las afirmaciones. Y antes esto, me pregunto que si rectificar es de sabios, afirmar que no se va a hacer, ¿de quién es propio
Paloma Silla
Asesora de imagen,
comunicación y protocolo